Riesgos para la Salud
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El hipoclorito de sodio y la lejía pueden ser corrosivos para la piel y los tejidos, principalmente por su poder oxidante y alcalinidad. Por lo tanto, deben manipularse con cuidado.
- Contacto con los ojos: lavar con agua corriente durante 10 a 15 minutos. En caso de tener sensación de arena en los ojos o visión borrosa, buscar atención oftalmológica, porque podría ser una conjuntivitis química.
- Contacto con la piel: lavar con agua corriente durante 10 a 15 minutos. En caso de tener la piel sensible a los productos de limpieza, usar guantes al manipular el producto, ya que puede causar enrojecimiento, alergia e incluso quemaduras. Si esto sucediera, buscar atención dermatológica.
- Ingestión: no inducir el vómito. Tomar gelatina líquida o claras de huevo y buscar atención médica.
- Inhalación en ambientes cerrados: abandonar el lugar inmediatamente y, en caso de malestar o falta el aire, buscar atención médica.
Cuidados básicos
- Al comprar lejía, leer atentamente la etiqueta, en la que debe constar: el nombre del producto, el registro ante el Ministerio de Salud, el nombre y dirección del fabricante, y las fechas de fabricación y de vencimiento.
- Guardar la lejía en un recipiente cerrado en lugar ventilado, lejos de la luz solar y el calor.
- Nunca mezclar lejía con vinagre, ácido muriático o agentes limpiadores. Esto puede provocar la liberación de gases nocivos para la salud.
- No usar hipoclorito de sodio directamente sobre la piel.
- Mantener los productos a base de cloro fuera del alcance de los niños y las mascotas.
- No reutilizar el envase.
- Utilizar únicamente las dosis prescritas aquí. Las dosis no controladas pueden dañar la salud.