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Tanto el hipoclorito de sodio como la lejía son muy efectivos para combatir las enfermedades transmitidas por el agua, como la fiebre tifoidea y paratifoidea, la hepatitis infecciosa y el cólera, porque actúan eliminando los microorganismos patógenos. Son utilizados por empresas de saneamiento y organismos responsables de la salud pública.
En lugares que no cuentan con sistemas de saneamiento, existen técnicas que pueden utilizarse para potabilizar el agua. Vea a continuación:
– Agua de fuentes naturales limpias – Quienes utilicen tanque de agua, al llenarlo, deben agregar 5 cucharadas de lejía por cada 1000 litros de agua, y esperar 30 minutos para que ocurra la descontaminación.
Para cantidades menores: 1 cucharadita de lejía por cada 20 litros de agua; 2 gotas de lejía por 1 litro de agua. Esperar siempre 30 minutos antes de beber.
Atención: En caso de usar filtro de agua, se debe limpiar y desinfectar cada 15 días, utilizando agua y lejía.
– Agua de fuentes naturales turbias – En caso de consumo de agua directamente de manantiales, pozos o ríos que no estén limpios, se sugiere filtrarla primero y luego colocar 1 cucharadita de lejía por cada 20 litros de agua. Mezclar bien y esperar 30 minutos.
Si no es posible utilizar hipoclorito de sodio o lejía para desinfectar el agua no tratada, se recomienda hervirla durante 5 minutos.